Los mosqueros y una pasión que también vive en la ciudad

Para muchos, la pesca con mosca se remite a escenarios distantes, ya sean los clásicos ríos trucheros del sur o la pesca de dorados en el norte argentino. Esa gran mayoría obvia un vasto abanico de ámbitos y especies. Tarariras, bagres, pejerreyes, carpas y una variada ultraliviana de chanchitas, mojarrones y dientudos pueblan pesqueros que están muy cerca de casa y nos permite mantenernos activos sin tener que esperar a viajar muchos kilómetros. En nuestro sudeste bonaerense, el sistema serrano de Tandilia da lugar a innumerables cursos que drenan hacia todos los puntos cardinales, cauces que proponen divertidísimos momentos pescando con equipitos livianos y ninfas o ministreamers derivados en la corriente o sobre aguas más lentas dependiendo las especies.

En los últimos tiempos, recorriendo nuestros arroyos cercanos y el Lago del Fuerte, notamos cada vez más amantes del fly revoleando sus moscas por el aire tandilense, desafiando esa frase descalificadora que nació en Palermo, pero se puede ampliar a Tandil: “anda a pescar chanchitas al lago”. La pesca de estos ejemplares, también conocidos como Chatas, es una empresa por demás exigente y requiere de una importante técnica y aprendizaje. Zapico Antuña, una de las plumas más importantes que ha dado esta actividad decía en 1965 en su libro Spinning Pesca Calificada “La humilde chanchita no es más que el aristocrático Bluegill de los americanos; claro que no es lo mismo leerlo en OutdoorLife o en Field and Stream (calificadas publicaciones estadounidenses de actividades al aire libre), que decir que lo hemos pescado con mosca en una laguna”. Las chanchitas o chatas prefieren aguas lentas, vegetadas y cristalinas. Las más grandes, no se pescan, diríamos que se cazan con los ojos. Por ello, es clave la elección del día, que debe ser cálido, soleado sin viento que arrugue la superficie o enturbie el agua, anulando la visión y las horas con sol bien arriba son las mejores, ya que la luz baja las vuelve casi imperceptibles. La principal enemiga es la tararira, y se tornan más agresivas si están cuidando a sus crías. Estos ejemplares toman secas, Minipoppers o Foam Spiders, y los mejores resultados se obtienen con ninfas, húmedas, scuds o gusanitos. Darío Rodríguez y Maximiliano Mendiri, aficionados locales adeptos a esta práctica en el lago, nos mostraban sus moscas que le dan buenos resultados. Muchas son creaciones de ellos, inspiraciones en sus mesas de atado o en las peñas mosqueras de los miércoles, y otras las clásicas WoolyWorm, Destroyer Dientudo, MOP fly y hormigas de goma eva, la mayoría atadas, según la especie a buscar, con anzuelos N° 8 a 10, ó N° 14 a 18. Al pescar ejemplares de escasos gramos en muchas ocasiones, se trata de una tarea mucho más difícil de lo que la mayoría piensa y allí radica la magia. Si se logra tomarle la mano a esta técnica, prácticamente estamos en condiciones de tentar a cualquier trucha. Nos hablan de que el equipo ideal para estas pescas es el más liviano posible, cañas en el rango de entre número #1 al #5 siendo los números #3 y #4 los más versátiles. Para pescar peces tan pequeños, estamos obligados a usar moscas chicas, y, por ende, diminutos anzuelos. Diría que para mojarras y pequeños dientudos las imitaciones de pequeñas larvas en anzuelos tamaño #18 a #20 son las más efectivas.

El plato fuerte en tamaño en la zona son las carpas, quizás las que mayor tamaño dimensionan. Estos ejemplares presentan un desafío constante desde el punto que hay que visualizarlos. No siempre están comiendo lo mismo, hay que observar su actitud, ver si están tomando arriba o en el fondo, y siempre es una pesca a pez visto. En esta pesca si vamos tras carpines de hasta 1,500 grs, un equipo Nº 3 o 4 es la opción más divertida. Pero con peces promedios de 3 kg. (y expectativas de 6 a 8 kg.) el equipo mínimo es un numero 6. En cuanto a moscas, mucha variedad se prueba. Pica en punta la famosa Rivas Lodge CDC, una creación de Ernesto “Lalo” Alonso. Para pejes, las imitaciones de mojarras con marabú y los denominados perdigones se llevan las palmas. La pesca de las carpas se ha vuelto una pasión para muchos en esta modalidad, que genera desde clínicas intensivas como las realizadas por Planeta Pesca y Club de Pesca Tandil, ambas con Maximiliano Mendiri como referente, hasta biblias para el pescador, como “Tabú con Escamas”, una obra del calificado Diego Flores, uno de los expertos en esta apasionante especie.

 

 Amplia oferta para el pescador deportivo que no necesita desandar largos kilómetros para dar rienda suelta al Fly Cast. Un impresionante abanico de opciones se abre a escasa distancia de cada tandilense. Es cuestión de animarse e ir por emociones y momentos que serán difíciles de olvidar.